Me llamaron el 31 de diciembre del 2010, xamba, una perra que yo trataba por ansiedad y miedos, había sufrido una ambolia y estaba ingresada en un centro veterinario; testé flores de Bach enseguida y desde el centro se las adminitraron, paralelamente, hice una conexión telepática con ella y lo curioso esque de repente estaba hablando con un familiar de la pareja que me habló de su situación y nuevamente regresó Xamba para explicarme que ella somatizaba profundamente lo que sentía esta persona ( no era la primera vez que le pasaba..); hablé con una, hablé con otra, y al finalizar la conexión programé un cuarzo rosa y una damburita para que pasaran Reiki constantemente a Xamba hasta que pudiera verla personalmente.
Al día siguiente la perra volvió a su casa y la visité, su estado era realmente grave, cuando llegué estaba tumbada en el suelo, apenas podía mover la cabeza unos segundos sin perder el control, y por supuesto no podía ni moverse; los veterinarios dijeron que seguramente quedaría en ese estado de dependencia ya que la afectación era muy grave, solo quedava esperar que no fuera a más... Le adminitraron cortisona para evitar infecciones y para casa..
Me arrodillé a su lado y empecé a pasarle Reiki, al principio estaba nerviosa, presa del terror de verse incapacitada pero poco a poco fue relajándose, se tumbó panza arriba y con pequeños movimientos se colocaba de forma que me mostraba dónde poner las manos ( los animales son muy listos para estas cosas, acostumbran a moverse y no es que no quieran Reiki, esque muestran dónde lo quieren..); creo que pasó una media hora que Xamba se incorporó para sorpresa de todos los presentes, se tambaleó pero no cayó, decidió ir a a la puerta y, sujeta con un trozo de ropa por debajo del bajo vientre, por si se caía, la sacomos a pasear; hizo pipí y poco a poco hiba recuperando firmeza en el paso, estuvimos quince minutos paseando por los alrededores de la casa, era sorprendente. Finalmente me fui y seguí el tratamiento de Reiki a distancia con la ayuda de las piedras.
Diez días más tarde fui a vsitarla de nuevo, estaba muchísimo mejor, volvía a ser la Xamba de antes de la ambolia, sin secuelas.
Fue un fin de año y una entrada digna de recordar.
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