Cuando me llamaron lo ví como un caso difícil, otros ya lo habían conocido y le habían pronosticado una larga vida apartado de la manada. El típico caso de "irrecuperable"; así que resté abierta a cualquier señal.
Lo curioso fue, aunque está empezando a ser frecuente, que cuando inicié el contacto me dijo que no empezara preguntándole a él sino a su cuidadora, así que através del péndulo empecé el protocolo que uso, se me dijo la relación que tenía ella con la potra y el motivo por el cual él la había apartado de aquella manera de sus vidas, ambas ligadas por un mismo sentimiento, ( como siempre me reservo el derecho de especificar los motivos ya que son parte de la intimidad de las personas y animales y no veo correcto el rebelarlo). El caso es que aquel sentimiento les había unido tanto que Catka era la vía de escape de ella, él simplemente la estaba ayudando a ver aquello que se negaba a aceptar de ella misma.
Después testé qué flores podían ayudarlos y resulta que tenían que tomar ambos el mismo preparado floral.
Advertí, como hago siempre, de que los cambios pueden ser repentinos o pueden tardar un tiempo, que no tuviera prisa por reincorporarlo a la manada ya que hacía dos años que estaba apartado y estas cosas, a veces, toman su tiempo, pero que nadie como ella sabría cuándo era el momento de juntarlo; así que diez días más tarde me alegró muchísimo el saber que Catka volvá vivir con la manada, sin hacer muestras de agresividad, vivía un poco apartado del resto pero se le notaba feliz de volver a compartir su vida con los demás.
